



La carta de El Egoísta llega para mostrarte un movimiento profundo en tu sistema familiar. No habla de egoísmo como defecto, sino como una estrategia de supervivencia aprendida. Esta carta señala que en tu historia hay alguien —quizá tú, quizá un ancestro— que tuvo que cerrarse emocionalmente para sobrevivir, alguien que no pudo recibir, que no fue visto, o que aprendió que solo dependiendo de sí mismo podía seguir adelante. Tú estás mirando ahora esa lealtad invisible.
El mensaje que esta carta te pide escuchar es claro: no tienes que seguir cargando solo. El Egoísta aparece cuando el sistema muestra una herida de carencia, abandono emocional o falta de sostén. Tal vez aprendiste a no pedir, a no mostrar necesidad, a protegerte siendo autosuficiente, fuerte o distante. Esta carta te dice que esa coraza ya no es necesaria, aunque fue útil en su momento.
La herida que se abre es la herida del no merecimiento y del rechazo al recibir. Puede haber una dificultad para aceptar ayuda, amor, placer o abundancia sin culpa. En lo profundo, hay un niño interior que aprendió que si necesitaba demasiado, molestaba; que si mostraba su vulnerabilidad, no era seguro. Esta herida no es individual: pertenece al sistema, y tú la estás trayendo a la consciencia para que pueda ser sanada.
Sanar esta carta implica un movimiento interno de humildad y orden. Reconocer que antes que tú hubo otros que dieron lo que no recibieron. Honrar a quienes se cerraron para sobrevivir y decir internamente: “Ahora lo veo. Gracias por hacerlo posible. Yo tomo la vida completa y permito recibir.” El trabajo no es dejar de cuidarte, sino abrirte al equilibrio entre dar y recibir.
Al integrar esta carta, desbloqueas la capacidad de vincularte desde el corazón, de confiar, de permitir que otros te acompañen. Se libera la energía del esfuerzo constante y aparece la posibilidad de relaciones más nutritivas, decisiones más alineadas y una sensación interna de pertenencia. El Egoísta, cuando es mirado con amor, se transforma en alguien que sabe cuidarse sin aislarse, que se elige sin excluir a los demás.
Esta carta te invita a soltar la lealtad al aislamiento y a dar un paso hacia la vida con más apertura. Cuando permites recibir, el sistema descansa. Cuando el sistema descansa, tu camino se ordena.


© TAROTA ARCANA
